sábado, 1 de marzo de 2008

El Palomo Blanco

Ernesto Silva

La historia
de nuestra patria y nuestro libertador Simón Bolívar ha sido disfrazada en nuestras escuelas por más de 100 años. Muchas cosas de Bolívar han estado ocultas en los libros de HISTORIA DE VENEZUELA, tratando de arrancar nuestras raíces históricas de nuestra cultura, imponiéndonos versiones erradas de ésta o enseñando a nuestr@s niñ@s culturas foráneas, importadas de otros países, con interés en la transculturización. En aras de ayudar a contar la historia que much@s nos conocemos, nace este lugar en nuestro periódico.

Entre las costumbres de nuestro pueblo, los refranes y las adivinanzas representan formas de comunicar la cultura que poseemos, en nuestra comunidad, en la escuela y en cada rincón del territorio venezolano. Algunas han sido inventadas para idiotizar a nuestr@s niñ@s y alejarl@s de la historia que nos pertenece. Un ejemplo de ello es: ¿De qué color es el caballo blanco de Simón Bolívar? El niño o la niña se queda pensando: “El caballo blanco de Simón Bolívar…” y contesta tímidamente, porque cree que le están echando broma: “¡es BLANCO!”.

Bueno, claro que es blanco, pero esa pregunta no nos enseña nada de nuestra historia, más bien nos aleja de ella. ¿Cómo se llama el caballo de Simón Bolívar? sería una pregunta mucho más provechosa, ¿o no? De eso se trata nuestra historia de hoy en CONOCIENDO A BOLIVAR, historia que debe quedar grabada en nuestras mentes para ser contada una y otra vez, de generación en generación.

El Palomo Blanco
Bolívar llegó a Santa Rosa de Viterbo (situada en el departamento de Boyacá, Colombia) a principios de 1814. Iba a Tunja (capital de Boyacá) a dar cuenta al congreso a la sazón reunido en aquella ciudad, de los sucesos prósperos y desgracias que habían ocurrido durante la última campaña de Venezuela. El Libertador hizo su entrada a Santa Rosa en la bestia cansada y no halló medio de remontarla. Allí pidió la ayuda de un guía para que le acompañara y al mismo tiempo lo llevara a las afueras de la ciudad. Durante este viaje Bolívar mantuvo conversación con aquel hombre. Éste le contó de los sueños de su esposa y en especial aquel donde ella se veía regalándole un potro a un famoso general, desconociendo que posteriormente sería Bolívar el dueño de este animal. Cuando el guía se dio cuenta de quién se trataba, quedó aturdido y más al momento en que el Libertador, al despedirlo, le dijo sonriendo: “A Casilda que me guarde el potro”. Tiempo después, en medio de la batalla del pantano de Vargas, recibió Bolívar el potro prometido en sueños por Casilda y le dio el nombre de “PALOMO” por su color característico. Siendo éste uno de los incentivos para su triunfo en esta batalla, cuando Bolívar regresó a Venezuela se detuvo en Santa Rosa y visitó a Casilda, dándole las gracias por aquel “Palomo”. Resumen tomado de "Choquehuanca y su Arenga a Bolívar"

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